01 Ago de 2023

MBA impulsando a líderes y emprendedores

“Visión sin acción es sólo un sueño. Acción sin visión es solo pasar el tiempo. Visión con acción puede cambiar el mundo.” Joel A. Barker

En el mundo competitivo de hoy, donde las ideas y las visiones se encuentran a cada paso, la diferencia entre soñar y realizar está en la acción. Pero, ¿cómo se puede transformar una visión en una realidad palpable y exitosa, especialmente en el ámbito empresarial? Aquí es donde un MBA puede impulsar a líderes y emprendedores, convirtiéndose en una herramienta crucial.

Este tipo de MBA no solo equipa a los profesionales con las habilidades estratégicas necesarias, sino que también los impulsa a convertirse en agentes de cambio, capaces de convertir sus visiones en proyectos concretos y exitosos.

Convirtiendo la visión en realidad: los MBA y su impulso a líderes y emprendedores

Es incontable el número de veces que encontramos citar “la visión” en seminarios, cursos de liderazgo, charlas, etc. Sin embargo, rara vez se conversa de <Cómo poner una visión en práctica> y esto está relacionado con el hecho de que perseguir una visión, requiere afrontar riesgos y cambios importantes, por lo tanto, la primera respuesta al cambio generalmente es “la resistencia”.

Es allí donde realmente viene el arduo trabajo, se requiere un plan estratégico diseñado para conducirse intencionalmente a alcanzar la visión sin confundir la misma con el propósito. Visión, es lo que queremos llegar a ser, mientras que el Propósito describe el por qué.

Si bien es cierto, tal como compartimos previamente, una de las palabras de moda de liderazgo que escuchas todo el tiempo es la palabra ‘visión’. Es un hecho innegable que “Los líderes deben tener una visión clara”; “Sin visión, el pueblo perece”; “La visión es esencial para el liderazgo”.

Si la visión es un elemento fundamental para el liderazgo, ¿Cómo la formación profesional puede fomentar a “Accionar la visión”?.

La respuesta está en la mentalidad de crecimiento, asegurando el desarrollo de acciones que conduzcan a la ejecución constante con pasos que hagan palpables variables de logro: alcance, crecimiento, experiencia y satisfacción.

“El liderazgo es la capacidad de traducir la visión en realidad”. Warren G. Bennis

Accionando la visión

Accionar la visión, requiere de comunicar el sentido de urgencia y el ¿por qué se hace lo que se hace? Para que ésta sea lo suficientemente poderosa para desafiarnos como personas.

Un profesional que se forma día con día tiene una motivación intrínseca, hace evidente tres elementos esenciales:

  • Empoderamiento, lo cual se logra con el aprendizaje constante.
  • Autonomía, la capacidad de realizar acciones para alcanzar la visión.
  • Dominio para alcanzar un propósito, constancia y compromiso.

Entonces, un profesional que se forma día con día, impulsa sus propios resultados y ésta es la fórmula del éxito para los miles de estudiantes que comparten sus vidas profesionales en programas prácticos para el ejecutivo de hoy como el MBA y otros programas ejecutivos  que impulsan líderes y emprendedores.

Los profesionales que transforman la visión en realidad reúnen elementos clave para lograrlo:

1.      Limitan sus objetivos a un puñado. Es decir, obligarse a concentrarse en lo que más importa, sin hacer que sus propios objetivos entren en conflicto.

2.      Centrarse en el mediano plazo. El alcance de una visión suele tardar de tres a cinco años, por lo tanto, las metas a corto plazo son demasiado tácticas y las de largo plazo son demasiado abstractas y llenas de incertidumbre, el enfoque realista sería un mediano plazo.

3.      Creatividad e Innovación. Sacudirse la inercia, no refuerce su estatus quo, piense y evalúe más allá, retándose a sí mismo.

4.      Abordaje de las vulnerabilidades críticas. Las prioridades estratégicas son fundamentales, medir el avance es importante, siendo autocrítico, debiendo realizar ajustes a lo largo del trayecto.

5.      Trabajo arduo. Si tiene una visión bien calibrada, con un análisis de entorno, plan, estrategias y tácticas claras, el siguiente paso es accionar.

La acción es el paso más difícil de cualquier visionario, ya que debe equilibrar la emoción y los resultados para no “enamorarse” de su idea y es acá donde la formación profesional de programas ejecutivos como los que ofrece ESI escuela de negocios, calibran esa visión en medio de un ecosistema de profesionales que comparten experiencias, metas y objetivos.

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