Al hablar de liderazgo femenino, vale la pena hacer notar que es más que un tema de moda, es más que la nueva tendencia de inclusión de género y de igualdad.

Es una realidad, dados los cambios sociales, los nuevos canales de comunicación, la globalización, disrupción en innovación y tecnología, etc.,

Existe una constante búsqueda de mejora continua y no se limita a términos de género, sin embargo, llama la atención la disparidad en oportunidades y generación de negocios entre hombres y mujeres.

Se observan movimientos globales, organizaciones, comunidades, etc. hablando de cerrar o disminuir la brecha de género y del papel que las mujeres debieran tener en las organizaciones.  Estas brechas hacen referencia a aspectos salariales, oportunidades de optar a cargos gerenciales o simplemente la credibilidad del género en el entorno de negocios.

En Latinoamérica, la realidad dista mucho de ser el ideal.  A nivel de población, las mujeres represen el 50% en América Latina y el Caribe; cifra suficientemente relevante para tener representatividad en entornos laborales, sin embargo, menos del 5% de las mujeres que laboran ocupan cargos gerenciales de alto nivel, y de dicho porcentaje menos del 10% ocupan posiciones en juntas directivas.

La realidad de las mujeres latinoamericanas es que del importante 50% de representación un 75% de las mujeres realiza tareas tradicionales domésticas, las cuales no son retribuidas.

Existe un un sinnúmero de organizaciones que monitorean las cifras descritas y que identifican tanto las brechas, como las oportunidades que pueden generarse, sin embargo, debe existir acciones de cambio.

¿Qué podemos hacer las mujeres para generar más impacto?

A criterio personal,  es factible apoyar algunas acciones inmediatas:

Las organizaciones deben identificar y establecer bases claras acerca de la igualdad de género, definiendo políticas, que van desde el reclutamiento, retención, oportunidades de desarrollo, remuneración y representatividad del liderazgo femenino para que se generen procesos iguales.

Claro, no es únicamente un tema que se relaciona con un área de negocio, que en este caso el que resulta mayormente relacionado es Recursos Humanos, este es un tema que involucra el desarrollo de una cultura organizacional inclusiva y colaborativa, en donde se promuevan oportunidades, así como un balance en la fuerza laboral.

Culturalmente, también requiere que las mujeres identifiquen y definan su propia ruta de crecimiento profesional, que exista un fuerte desarrollo de capacidades y habilidades para poder competir en igualdad y  sea factible ocupar esos espacios que las organizaciones generen con altos estándares de profesionalismo y un desempeño distinguido, en donde al final del día las brechas se hagan imperceptibles y poco representativas.

Por otra parte, hay que analizar y hacer conciencia de la representatividad, en relación con la ocupación actual del género femenino, según la firma internacional de consultoría Grant Thornton, la porción más grande de mujeres trabajadoras a nivel global se concentra en roles de Recursos Humanos con un 23%, un 13% se concentra en cargos de CEO y menos de un 10% en cargos de tecnología, dejando el porcentaje restante dividido entre una diversidad de roles.

Estas cifras nos hablan de la gran oportunidad que poseen las mujeres, y la posibilidad de revertir las métricas y convertirlas en acciones que permitan no solo la reducción de una brecha de género, sino a la apertura de nuevas oportunidades en nuevas áreas relacionadas a las ciencias, tecnología y demás.

Dado lo anterior, es necesario que, las mujeres apoyen y desarrollen la conciencia de los retos y una evaluación clara de objetivos profesionales, accionando iniciativas que puedan desarrollar un futuro más inclusivo y equilibrado en favor de toda la sociedad.

Es momento de definir la claridad y la conciliación entre familia y trabajo que constantemente agobia, es momento que trazar conscientemente metas productivas y la forma en que las mujeres impacten la sociedad promoviendo y apoyando movimientos inclusivos de valor, no para ser “merecedoras por género” sino desempeñando un papel activo y relevante para la sociedad.

Si quieres ser parte de los movimientos de mujeres que impactan y cambian el entorno no olvides aplicar a nuestro programa de Liderazgo Femenino, Acción Mujer, en donde miles de mujeres han sido desarrolladas e impactadas positivamente.

Fuente:  Claudia Cifuentes, Directora del programa Acción Mujer ESI